SINOPSIS
Gabriel, después de la guerra de Cuba, vuelve a una realidad que no acepta. Todo lo que dejó en Barcelona al partir ha desaparecido. Vanessa, su amor de juventud, también. Pero que crea que ha muerto no significa que su espíritu vaya a asumirlo.
En la búsqueda por recuperar algo que dejó atrás, Gabriel da con un teatro, El viejo teatro de la noche, que le abrirá una puerta a una realidad increíble y desconocida, con monstruos que acechan en las sombras.
RESEÑA
Es una novela sobre la no aceptación de la pérdida, y la manera en la que nos agarramos a un pasado que no existe y que no puede volver a existir. Lo mejor del tema, desde mi punto de vista, es que se aborda desde una historia diferente con un gran acento sobrenatural. Lo más difícil de tratar estos temas, sobre todo cuando se parte de una realidad conocida (más o menos, ya que está ambientada en el pasado), es hacer una trama creíble y que enganche.
Es muy fácil empatizar con Gabriel, el protagonista. El resto del coro, con rasgos propios e identificables, ayudan al fluir de la trama. Una de las cosas que más destacan es la evolución psicológica de Gabriel, que parecía tan difícil de sacar de su status quo. Y Noviembre, esa secundaria tan bonita y entrañable, de quien me encantaría saber más en otra novela del autor.
En cuanto a la trama, el primer punto de giro quizá despista un poco al lector porque podría dar a entender algo que no es (no quiero dar detalles) sobre la desaparición de Vanessa. Sin embargo, el autor lo explica muy bien. Las casualidades existen, incluso en el mundo sobrenatural.
El desarrollo es muy adecuado para dibujar el arco de los personajes, así como el clímax, que te deja un sabor de boca explosivo.
La novela está escrita con gracia y armonía, con una prosa trabajada y en absoluto simple. Es la primera vez que me he encontrado esto último en una novela indie. Los simbolismos y metáforas son preciosas, y los diálogos están cuidados y son creíbles.
Pero, sin duda, su fuerte es la capacidad del autor por renovar el clásico al dotar de unas características y una profundidad a los monstruos que encontramos en esta novela. Me ha sorprendido gratamente este nuevo punto de vista de unas figuras muy (mal)tratadas en la literatura. Esto, junto a la ambientación, me ha hecho disfrutar muchísimo de la novela, y por eso le doy la máxima puntuación.
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QUÉ HE APRENDIDO DE EL VIEJO TEATRO DE LA NOCHE. (CONTIENE UN SPOILER)
Hay dos cosas que me han parecido maravillosas, y creo que es algo que le dan un buen nivel a la novela.
La primera es la facilidad en la que el autor ha hecho creer a una Barcelonesa de toda la vida que el Viejo teatro de la noche podría ser posible. El escritor suele temer saltarse lo conocido en aras de la verosimilitud. Pero, como ya deberíamos saber, que nos avisaron los sofistas hace unos cuantos años, da igual que los hechos no sean ciertos. Solo han de parecerlo.
Sinceramente, me hubiera encantado asistir a ese teatro aunque hoy en día sería imposible. Quizá por eso el autor ha decidido ambientarlo en la época de la pérdida de las colonias. Ojalá consiga que se pase por aquí y nos saque de dudas.
(SPOILER) La segunda es la manera en la que Juanma Martín dibuja a los vampiros. Cuando se ha escrito sobre algo decenas, centenares de veces, es muy difícil darles una vuelta.
“Carla”, me diréis, “acuérdate de que en cierta saga, los vampiros pueden salir durante el día y, si les da la luz del sol, brillan”. Sí, de acuerdo. Pero el autor ha ido más allá, convirtiendo a los vampiros en seres aún más condenados que lo que dicta el folklore. Esos “ojos nuevos” para enfrentarse a elementos arraigados en la cultura colectiva es lo que más me ha gustado y que, espero, me gustaría aplicar en un futuro.
Hola, Carla.
Muchas gracias por esta reseña, me ha gustado mucho, y también tu modo de estrtucturar tus reseñas, con ese pequeño apartado sobre lo aprendido. En respuesta a tu duda la respuesta es que… «El viejo teatro de la noche» pudo existir jejeje. Porque hay muchas cosas desaparecidas en la Barcelona actual con respecto a la de principios de siglo XX, entre ellas muchos teatros. Decidí ambientar la novela en este periodo porque yo tambien soy barcelones y, tal vez te pase como a mí, el modernismo es algo que inconscientemente te empapa desde que eres pequeñó, es como que se siente el aroma de ese tiempo, así que eso me daba oportunidad de situar la acción en un contexto que tiene la suificiente fascinación estética y que, a la vez, es lo suficientemente familiar para que la irrupción de lo sobreanatural sea lo suficientemente inquietante. Creo que el horror consigue su mejor efecto cuando rompe lo conocido. A pesar de que el horror no sea el primer objetivo de esta historia 😉
Creo que has captado muy bien lo que quise trasnmitir con esta novela y por eso te doy las gracias. Como agradecimiento, y en especial por haber nombrado a uno de mis personajes favoritos, te adelantaré que Noviembre tiene un peso muy importante en futuras entregas de la saga. 😉
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Juan Manuel, que sepas que es un honor que me dediques un comentario en la reseña sobre tu libro. Muchísimas gracias.
Tienes razón, la fisonomía de la ciudad ha cambiado demasiado, y no podemos saber qué hubo o dejó de haber. Eso sí, estoy de acuerdo contigo en que es una época fantástica para ambientar una novela como la tuya.
No me horroricé con ella, pero el mal cuerpo que se queda es… En fin, impresiona. De verdad, la he disfrutado muchísimo.
Por otro lado, no sabes la alegría que me das con esas noticias sobre Noviembre. Como lectora y fan de ese personaje, te doy mil veces las gracias.
¡Una brazo!
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Gracias a tí. Me aseguraré de que visites el teatro en alguna de sus entregas futuras, si ves algún personaje llamado Carla ya sabes 😉
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Ni te imaginas la enorme ilusión que me haría. De veras. Mil gracias ❤
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¡Me gusta leer, me gusta escribir, mi gusta también la gente, y me encanta tener una amiga como tú que ha hecho tangibles, reales y disfrutables esos gustos míos! Si no hubiera dado contigo, me seguirían gustando las mismas cosas, pero solo podría saborearlas desde mi piel hacia mi interior. Y gracias a ti, a Mocade, y a blogs como el tuyo, me sale la felicidad por los poros porque la veo en forma de letras…
¡Me apunto desde YA a seguirte, Carla! Enhorabuena y un abrazo gigante. 😉
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Adela, madre mía, ¡que me pones colorada! Muchísimas gracias. Yo sí que tengo suerte de tenerte cerca 😉
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